Cauca 1910 – Bogotá 19 de marzo de 2008.
LLUEVE
En esta embarcación
sin madrugada
llueven las sombras.
Se derrumban
los reinos del amor
y vuelan las mariposas blancas
como flores silvestres.
Tras la nube más negra
se concentran los vientos
noticiosos, sedientos, llueve.
Desfilan los recuerdos;
historias de pasión con incendios,
temblores o viva muerte.
Mágicas visiones en el aire
ruedan a la tiniebla, llueve.
En esta embarcación sin madrugada
no hay recobro posible;
cerrado el horizonte, llueve.
MI SOMBRA
Como si
un viento grande agitara sus ramas,
mi sombra
es lo mejor que va conmigo.
Es mi
segundo juego
lo mismo
que el payaso
batiendo
su cabeza contra el suelo.
Mi sombra
es casi hermosa
en las
primeras horas cuando el sol
igual que
una joven
alta,
delgada y fina nos cautiva.
Mi sombra
es una abuela vacilante,
nada tal
vez cuando la noche llega.
UNO DE TANTOS DÍAS
Me sumerjo
en las claridades nocturnas
para entender mejor el medio día.
Umbrosa recojo las pavesas
de quienes fluye el asombro
debajo de las frondas crepusculares.
Alas angélicas o simplemente desvaríos
de una infancia que empezó con el tiempo.
Distraída busco la esperanza
sobre los pliegues del día lento
como el vuelo del pájaro que pasa.
Los árboles se agitan
y sorprende el mensaje tímido y sudoroso
del instante.
Por la insistencia de saber
que los días se van
con sus oros deshechos y sus danzas festivas
donde mueren las rosas.
Todo magnificando la soledad
floración de congojas altiva incertidumbre
de tener otra vez esas gotas
de sol entre las manos.