José Manuel Arango

José Manuel Arango

El Carmen de Viboral, 5 de octubre de 1937- Medellín, 5 de abril de 2002.

 

VISITA

 

si en mitad de la noche

nos despierta un olor de incendio

 

y abrimos la ventana y entre los árboles

hechos de dura sombra está sólo

el aroma de las frutas en sazón

 

qué más sino la dolorosa alegría

de que nos hayan visitado una vez

los rojos querubines de fuego.

 

LA FURIOSA ALEGRÍA

 

Con qué furiosa alegría

estalla la rosa,

sola en la punta de su vara

junto al muro,

y amarilla, ¡amarilla!,

rodeada de una penumbra

malva-

 

Qué gozo ebrio

hay en el paso de la desconocida

que cruza el puente

con el viento en la cara

el pelo en el viento,

y la sonrisa delicadamente

feroz-

 

ELLA

 

De qué manera silenciosa

trabaja.

Sin dejarse oír,

como si fuera

-lo mismo que una bailarina-

en puntas de pies.

sin dejarse ver,

como si no fuera.

 

Ella,

la que poco a poco lo ensordece,

la que imperceptiblemente lo ciega,

la que, delicadamente,

le tuerce los huesos.

 

REGALO

 

1

Aquel que esperaba y esperaba

pero no sabía lo que esperaba

y era la muerte

 

2

Porque en fin viene el tiempo con un palo

y le muele los huesos.

A saber: con el tiempo y un palito,

con el tiempo y un palo llegará

a saber,

a saber.

 

3

Un escorpión en lugar de un huevo:

También, a su modo,

un regalo apreciable.