El Carmen de Viboral, 5 de octubre de 1937- Medellín, 5 de abril de 2002.
VISITA
si en mitad de la noche
nos despierta un olor de incendio
y abrimos la ventana y entre los árboles
hechos de dura sombra está sólo
el aroma de las frutas en sazón
qué más sino la dolorosa alegría
de que nos hayan visitado una vez
los rojos querubines de fuego.
LA FURIOSA ALEGRÍA
Con qué furiosa alegría
estalla la rosa,
sola en la punta de su vara
junto al muro,
y amarilla, ¡amarilla!,
rodeada de una penumbra
malva-
Qué gozo ebrio
hay en el paso de la desconocida
que cruza el puente
con el viento en la cara
el pelo en el viento,
y la sonrisa delicadamente
feroz-
ELLA
De qué manera silenciosa
trabaja.
Sin dejarse oír,
como si fuera
-lo mismo que una bailarina-
en puntas de pies.
sin dejarse ver,
como si no fuera.
Ella,
la que poco a poco lo ensordece,
la que imperceptiblemente lo ciega,
la que, delicadamente,
le tuerce los huesos.
REGALO
1
Aquel que esperaba y esperaba
pero no sabía lo que esperaba
y era la muerte
2
Porque en fin viene el tiempo con un palo
y le muele los huesos.
A saber: con el tiempo y un palito,
con el tiempo y un palo llegará
a saber,
a saber.
3
Un escorpión en lugar de un huevo:
También, a su modo,
un regalo apreciable.