La Casa de Poesía Silva invita a la lectura de poemas de Juan Calzadilla

en el
Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia

Lunes 10 de septiembre de 2018, 6:00 p.m.
Museo de Arte
Carrera 30 # 45 – 03, Bogotá
Entrada libre.
Edad mínima / 8 años.

Organiza
Casa de Poesía Silva con el apoyo del Ministerio de Cultura y en alianza con la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia.

Juan Calzadilla / Poeta

Nacido en Altagracia Orituco, Venezuela; ooeta, traductor, artista plástico y crítico de arte. Obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas (1997), Premio de Poesía León de Greiff (2016) y el Premio Nacional de Literatura (2017).

Obras publicadas
Dictado por la jauría (1962), Malos modales (1968), Ob smog (1978), Antología paralela (1988), Minimales (1993), Principios de urbanidad (1997), Corpolario (1998), Diario sin sujeto (1999), Aforemas (2004), Epigramas y otras irreverencias (2009), Trozos de un diario descosido (2017) y El brillo y la palabra (2018).

 

Selección de poemas:

El brillo y la palabra

Desconfía de lo que brota repentinamente
pero también, y aún más, de lo que necesita
mucho tiempo para madurar.
No sobes tanto, decía a su alumno
el profesor de escultura. Y a continuación,
terminada la obra: “Si pules demasiado
obtienes sólo el brillo”.

 

El poeta cachorro

Lo que experimentaba con más fuerza
cuando iba de paseo por el campo era
el sentimiento de irresponsabilidad.
Un hombre que lleva, metido en un saco,
a su gallo de pelea, sabe a dónde va. También
la mujer que protege a su bebé con un pañuelo
de colores, mientras intenta mantener
el equilibrio en medio del bamboleo del camión,
sabe a dónde va.
Los tipos agachados en un rincón de la plataforma,
guarecidos bajo el encerado para protegerse
del inclemente sol, dicen con sus gestos,
sin molestarse en confesarlo por el camino,
que sabe a dónde van.
Y a todos les creeríamos.
Sólo el muchacho que mira irresponsablemente
hacia todos lados sin perder detalle del paisaje
sabe a dónde no va.
Puesto que su meta es la inmensidad.

 

Las palabras

No sé si las palabras reconocen
tan bien como el pan su sitio en la mesa.
Si poseen instinto para diferenciar a su dueño
con la precisión con que lo hace
el olfato del perro.
Si como el pan y el vino ocupan
un lugar exacto en la mesa
comunicando calor a las manos seguras
de alguien que sabe en este momento
lo que quiere. Si viven en su fuero a merced
de lo que se espera de ellas tercamente
prestas a confiarnos,
cuando lo solicitemos,
el poema. O si, menos dadivosas que el pan,
sólo renuentemente y con rabia
sabias por fin entregan sus vidas oscuras y turgentes
a quienes, poniéndoles cerco,
obstinadamente ensayan descifrar sus misterios.

 

Pintor

Si quieres ver, tiene
que quitarte los ojos de encima,
tapártelos e, incluso,
prescindir de ellos
como de un error
para que no estén siempre en el medio
entre tú y las cosas
viéndote mirar
sin otro efecto
que verte a ti mismo mirar.
Piensa que sin ellos
quizás puedas llegar a sentir
que lo que percibes es posible
(Y hasta posiblemente real)
Pero sobre todo Piensa.