
Envigado, 1935 – Bogotá, 13 de abril de 2009
VERSOS
Habíamos caminado
muchas veces
cogidos de la mano por las colinas
Tú alcanzabas la mejor edad
y yo no lo sabía
Me preguntabas cómo era el olvido
que después aprendimos
Eras algo así
como un olor espeso
que yo olfateaba
cuando la noche y los árboles
estaban más desnudos
Has cambiado de edad
la de los días oro bajo los árboles
o entre los matorrales
plagados de mosquitos
El tiempo va dejando estrías en tu rostro
y un viento fuerte
golpea contra ti
Ya ves
te lo decía
todo es un regreso
En medio de la multitud acezante
las palabras caían
sobre el asfalto
Yo amaba tu piel de cáscara-de-arroz
y eras parte
de mis cotidianos asuntos
de mis cuadernos
de mis borradores
mis tildes y mis comas
aunque nadie se da a nadie enteramente
El té y la mesita seguirían esperando
porque somos eso
apenas un poco de candela rodante
Ahora te amo más
cuando el otoño ha empezado
a hacerle malas jugadas a tu pelo
Todo sigue lo mismo
la silla
los libros
el cuadro de la mujer del vientre grande
tus gastados zapatos
mi soledad entre las cosas
y este no decir nada
tan nuestro
mientras la bestia azul de la noche
crece sobre el patio
Toda mujer es bella
frente al espejo
o en los brazos de un hombre
Pero
no digamos más palabras nocturnas
y cansadas
la ola del día empujará la muerte…